Mis problemas con la alimentación llegaron a los 18 años aproximadamente, tras una infancia y adolescencia marcadas por la obesidad y tantas dietas sucesivas que no lograban hacerme ser otra persona.
A pesar de vivir siempre reprimida y restringida en mi alimentación, y de hacer deporte a niveles de élite, no lograba bajar de 80 kilos de manera saludable, porque ni la alimentación sugerida era perdurable en el tiempo, ni era atractiva a mi mente, ni me permitía tener una vida social normal.